Dos amigos estaban charlando en un bar:
- Pues estoy preocupado porque últimamente mi mujer no pone ningún interés cuando hacemos el amor, y encima no se queda satisfecha.
- Bah, no te preocupes, eso es por la rutina. A mí me pasaba lo mismo hasta que descubrí una solución. Mira, cuando noto que está perdiendo interés lo que hago es sacar una pistola de agua y pegarle un tiro en la cara; con la impresión del susto se vuelve a excitar y todo va perfecto.
- ¿De verdad? Pues voy a probarlo.
Al cabo de unos días vuelven a verse:
- Hombre, ¿cómo te ha ido con tu esposa?
- ¡No me hables! Resulta que estábamos haciendo un 69 cuando noté que estaba cansándose, así que saqué la pistola y le disparé. Se cagó en mi cara, me arrancó el pito de un mordisco y del armario salió un negro con las manos en alto..
sábado, 11 de agosto de 2007
EL VIEJO Y EL LORO
Un viejo estaba sentado en un banco en un centro comercial.
Un joven se acercó y se sentó también en el banco. Tenía el pelo revuelto y de diferentes colores (verde, rojo, naranja, azul y amarillo).
El viejo se le quedó mirando fíjamente, por lo que el joven le dijo:
- ¿Qué pasa, abuelo, nunca hiciste nada salvaje en tu vida?
El viejo respondió:
- Una vez me emborraché y practiqué el sexo con un loro, por lo que estaba pensando si tú serías mi hijo.
Un joven se acercó y se sentó también en el banco. Tenía el pelo revuelto y de diferentes colores (verde, rojo, naranja, azul y amarillo).
El viejo se le quedó mirando fíjamente, por lo que el joven le dijo:
- ¿Qué pasa, abuelo, nunca hiciste nada salvaje en tu vida?
El viejo respondió:
- Una vez me emborraché y practiqué el sexo con un loro, por lo que estaba pensando si tú serías mi hijo.
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